Mientras fabrica su nueva camioneta, Ford destruye la Amazonía. El aluminio que se utiliza en este proceso de producción es el que purifica la refinería más grande del mundo: Hydro Alunorte, una filial de Norsk Hydro. Dicho material, que contaminó el agua del norte del país, ha enfermado de gravedad a algunas personas que residen en el lugar y, a otras, las ha llevado a la muerte.

Norsk Hydro es una empresa noruega que ha sido demandada por 11.000 víctimas en la ciudad de Barbacena, Pará [Brasil]. Si bien este caso ha tenido repercusión internacional, parece que Ford todavía no logra ver problema alguno en su cadena de suministro…

Queremos que Ford no haga más la vista gorda y, para ello, le exigiremos a esta multinacional que, durante la fabricación de su auto eléctrico modelo F-150, deje de usar cualquier tipo de material que dañe tanto a pequeñas comunidades como al planeta entero. Pídele a esta corporación automotriz que actúe con urgencia:

Ford, asume tus errores: ¡no participes más ni en la destrucción de la Amazonía, ni en la contaminación que padece la población del lugar!

Los automóviles que se fabrican con aluminio son más ligeros. Sin embargo, Ford debería revisar sus prioridades: las víctimas de Norsk Hydro no logran experimentar tal sensación de liviandad en su día a día.

En 2018, Norsk Hydro admitió el derrame de agua sin tratar en los ríos del Pará y lo calificó como «totalmente inaceptables». Aun así, sigue sin admitir que fueron sus acciones las que causaron que las personas que viven en la región se intoxicaran por el agua contaminada.

El hecho de que Ford sea una de las empresas líderes de la industria automotriz conlleva una gran responsabilidad: priorizar la sostenibilidad en cada aspecto de su negocio. Es inaceptable que se lucre con la destrucción de la selva amazónica.

Dile a Ford que deje de destrozar la Amazonía

La comunidad de Ekō, en coalición con grupos que luchan por la causa medioambiental, no solo trabajó para exponer a los sucios grupos de presión de Toyota en Europa, sino que logró convencer, a las personas legisladoras de la UE, de que prohibieran la fabricación de nuevos autos que utilicen combustibles fósiles. Esta vez no puede ser de otra manera.